07 noviembre 2012

"Yo no quiero trabajar así. Yo no quise ser médico para esto"

Hace sólo un mes tuve que decirle a otra chica, brasileña, que el motivo de su ceguera, de la que todo el mundo parecía desentenderse y que en tan sólo un mes la había hecho dependiente para las actividades más básicas del día a día, era por un tumor cerebral.

Con el esquivo y grandilocuente de nombre “Decreto Ley de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud” el Gobierno, incumpliendo innumerables acuerdos internacionales y la propia Constitución, decidió sentenciar en vida a más de 153.000 personas, retirando la asistencia sanitaria a todos los inmigrantes no regularizados, con la excepción de embarazadas y niños y de la asistencia sanitaria de urgencias (eso si, cobrando).

Privar de asistencia sanitaria a dichas personas, supone privar del diagnóstico y peor aún, de tratamiento a personas con VIH, con tuberculosis, con cáncer, con enfermedades mentales.