A nuestros vecinos italianos ya les están pelando las barbas.
Para alejar al fantasma de la insolvencia y apaciguar la avaricia de los mercados y los especuladores que los gestionan, el gobierno italiano ha puesto en marcha una serie de medidas de ahorro entre las que destaca la congelación de las pensiones (realmente sería más efectivo congelar a los pensionistas, pero todavía es pronto) y el copago sanitario.
Medidas elegidas porque ocasionan menos costo social, menos tribulación y dolor que subir los impuestos a las grandes fortunas, aplicar tasas a las transacciones financieras o suprimir los gastos militares, por poner algunos ejemplos impensables en una democracia occidental.
De las pensiones, qué decir! Excesivas como son, muchas veces sirven para que, además de que los jubilados vivan como reyes, sus hijos parados tengan una fuente de ingresos segura, que fomenta su ociosidad y crea una cultura de vagos incompatible con los tiempos que corren.
Los pensionistas tendrán que apretarse el cinturón.