La aprobación del real Decreto 16/2012 supuso el fin de período de avances en el derecho a la salud de las mujeres, en especial en sus derechos sexuales y reproductivos que hasta ese momento habían sido promovidos y protegidos por políticas, planes y programas del Estado, pero el RD dejó fuera del sistema sanitario a las personas migrantes en situación irregular, un retroceso al que se ha unido el Anteproyecto de Ley Orgánica para la Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer embarazada que atentan contra los derechos humanos en general y de las mujeres en particular.
En la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, que tuvo lugar en El Cairo en 1994, quedó recogido que la planificación familiar no es solo un medio para controlar la fertilidad de las mujeres sino que es ante todo un derecho que afecta a lo más íntimo como es su cuerpo, su sexualidad, sus relaciones y al hecho de tener o no hijos. Recordemos que España como signataria se comprometió, tanto en la legislación como en la práctica, a garantizar el acceso universal a la planificación familiar.
No podemos olvidar que las políticas a favor de la salud sexual y reproductiva tienen a su vez efectos sobre la autonomía de la mujer, el cambio social, la educación y la igualdad de género. Un ejemplo de ello es que el acceso a métodos anticonceptivos reduce la mortalidad materno- infantil pues permite espaciar los embarazos y evitar las complicaciones derivadas de los embarazos tempranos, esto contribuye al desarrollo económico del país al aumentar la esperanza de vida o los ingresos económicos de las familias... Estas mujeres a su vez pueden continuar con sus estudios, incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres y aceptar puestos de responsabilidad lo que ayuda a reducir las desigualdades en materia de género en la edad adulta.
No podemos olvidar que las políticas a favor de la salud sexual y reproductiva tienen a su vez efectos sobre la autonomía de la mujer, el cambio social, la educación y la igualdad de género. Un ejemplo de ello es que el acceso a métodos anticonceptivos reduce la mortalidad materno- infantil pues permite espaciar los embarazos y evitar las complicaciones derivadas de los embarazos tempranos, esto contribuye al desarrollo económico del país al aumentar la esperanza de vida o los ingresos económicos de las familias... Estas mujeres a su vez pueden continuar con sus estudios, incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres y aceptar puestos de responsabilidad lo que ayuda a reducir las desigualdades en materia de género en la edad adulta.