Fotografía de Lara Ripoll, 2011 |
Hasta aquí todo bien. Pero claro, no todo iba a ser tan fácil. Hemos pensado mucho, pero mucho, revelar este episodio de nuestra colaboradora en Pemba, pero es evidente que el interés del testimonio justifica nuestra decisión, e imaginarla buscando bragas por todo Pemba, justifica las risas.
"Más complicado fue encontrar unas simples bragas, tal vez porque no se llaman “braguiñas” como yo me lancé a demandar en varios puestos. Al final me atreví con el lenguaje de señas, me levante un trozo de braga por encima del pantalón y de entre dos filas de dientes blanquísimos, pedazo boca que tenía el tendero, oí que me decía “ah, cuecas”. Y unas cuecas que también me compré, en las antípodas de las fashion women secret, pero cuecas al fin y al cabo. Mi neceser lo completé con un peine y jabón, dado que cepillo de dientes y pasta dentrífica tenía de dos packs que había cogido –previsora que es una- del WC de Executive del avión. Ahora sí que estaba ya preparada para la vida en África"
Vale, vale, basta de frivolidad, menos mal que nuestra intrépida y ahora vestida periodísta se pega un madrugón para compensar y acabar su relato como toca:
"Así es que hoy, a las 6 de la mañana, ya me estaba despertando con el trinar de los pájaros y la playa al otro lado de la calle-carretera donde está la oficina-escritorio. Ataviada con mi nueva indumentaria, aunque sin crema solar ni gorro ni gafas de sol, que permanecen –supongo- en mi mochila perdida, me he ido a explorar los alrededores. Y detalles de lo que me he encontrado, os lo mando en cuantas fotos"
Hakuna Matata ¡Esto es África!
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