Nuestra intrépida reportera torrefacta nos cuenta alguna curiosidad de su vida en Pemba. Por un lado el proyecto, ya sabéis, las fotos de los niños. Hubo que hablar con colegios, directores, profesores para preparar todo tanto en Valencia como en Pemba. Esto nos cuenta:
" El trabajo va saliendo sin ningún contratiempo insalvable, voy avanzando a buen ritmo tanto con lo de aquí como con lo que voy mandando a Valencia para maquetar y meter en página; así es que sigo contenta, feliz, con mucha energía y quemada sólo por el inaguantable sol y calor (creo que voy por el tercer cambio de piel :-) porque por lo demás ninguna queja"
En su afán por educarnos en costumbres locales, Lara vuelta y vuelta nos explica que el tema de la base de maquillaje es, al parecer, una de las diferencias culturales mas profundas que se pueden encontrar entre esto y aquello, ¿no?
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Foto realizada por Lara Ripoll, 2011 |
"Sólo os voy a comentar, como excepción: el Musiro. Os adjunto dos fotos de una mujer que lo lleva puesto en la cara. El Musiro es una pasta que las mujeres de aquí, en toda la costa norte de Mozambique, fabrican golpeando las ramas de un árbol contra unas piedras al tiempo que lo mezclan con un poco de agua. Esta pasta se la aplican en la cara como máscara facial para embellecer la piel –algo así como un exfoliante natural-. Se la suelen dejar puesta durante todo el día y con ella impregnada hacen sus quehaceres diarios. Antiguamente, el Musiro tenía todo un significado y las mujeres se lo aplicaban para “mandar” mensajes o como forma de expresión ante los hombres y ante la propia comunidad. Por ejemplo, en algunos lugares, quien lo llevaba quería decir que estaba casada o, por el contrario, que su marido estaba fuera de la población... Lo cierto, es que hoy en día, la mayoría de los significados del Musiro se han perdido, aunque no así la tradición de seguir usándolo como producto de belleza.
Besos a todos y hasta la próxima entrega"
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