En estos tiempos revueltos otra palabra se ha puesto de moda, bancarizar. Parece que en pocos meses las cajas de ahorro se van a convertir en bancos, lo que significará que en lugar de controladas por diferentes patronatos pasarán a ser propiedad de los accionistas que las compren. Una de las carácterísticas de las cajas de ahorro era la obligación de invertir parte de sus beneficios en su obra social y gracias a lo cual el sector de la acción social hemos podido poner en marcha multitud de proyectos.
¿Qué motivos tiene un banco, es decir, sus propietarios/accionistas de mantener la financiación de la obra social o de financiar proyectos sociales en lugar de ofrecer los correspondientes dividendos? No parece que los nuevos bancos puedan hacer algo así, y competir en desigualdad con el resto de entidades. Parece que hay razones para pensar que esa aportación desaparecerá y que esto se sumará a los recortes que las administraciones aplican a los proyectos sociales desde el inicio de la crisis.
Ya ven, bancarizar supondrá al mismo tiempo, desbancar.
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