|
John K. Tarawallie |
John K. Tarawallie tiene 24 años, la sonrisa blanquísima y mellada y casi siempre responde “si, por supuesto” a cualquier cosa que le preguntan. John intenta hacerlo lo mejor posible, quizás por eso finalmente ha sido elegido como jefe del equipo de los higienistas del turno de tarde, en el centro de aislamiento de posibles casos de ébola que Médicos del Mundo ha establecido en Kumala, un pequeño pueblo de de Koinadugu, la región norte y mas remota de Sierra Leona.
Los higienistas son siempre los primeros en empezar a trabajar. Todos
los días, a las siete y media de la mañana, preparan el agua clorada que
se usará ese día en el centro de aislamiento. Luego se visten con un
traje de protección biológica nivel tres y empiezan a sudar.
|
Aminata Turay y Alhassan Jalloh |
Cargan sus espaldas con una mochila-contenedor llena de agua clorada y van rociando, una por una, todas las superficies del centro, tanto en la zona roja- de alto riesgo- como en la zona verde – de bajo riesgo. Su tarea no acaba ahí: acompañan a las enfermeras en cada una de sus
visitas a los pacientes dentro de la zona roja, entran con ellas para
recibir a un nuevo paciente o para realizar un alta, se ocupan de quemar
todo el material de desecho del centro, y desinfectan letrinas,
ambulancias, colchones, mantas, botas de goma, gafas de proteccion, y
guantes. El olor del cloro les acompaña durante todo el dia excepto en
el momento en que meten los brazos en un cubo con agua y jabon y lavan
los pijamas azules de enfermera que llevan todos. Hacer la colada es
trabajo pero tambien un momento de refresco, al mediodía la temperatura
ambiente en Kumala ya supera los 35 grados.